miércoles, 18 de noviembre de 2009

El Show de Cristina

Sin un lenguaje crítico para romper con la dominación, como hemos analizado en el texto de Mc Laren, la subjetividad que se constituye lleva a construir un discurso por parte del sujeto, que si bien no se encuentra censurado, se ha condicionado de alguna manera desde su génesis. Es decir, si basamos la manipulación no sólo en la censura o falta de libertad de expresión, sino en la producción de subjetividad que sostienen Barbero o Mc Laren, podemos afirmar que la conciencia del individuo se encuentra altamente influenciada por los medios de comunicación.
En base a esta reflexión es que disiento con Corea ya que no considero que la “Teoría de manipulación de los medios” sea un modelo caduco junto al Estado-Nación, sino que estos medios pasan a representar el discurso del neoliberalismo. Por este motivo, no creo que esta teoría de la manipulación tenga que encontrarse en oposición a la de la influencia o a la de la producción. Creo que es importante conocer el emisor del discurso y el universo de sentidos que lo engendran, tanto como las condiciones socioculturales en las cuales el mensaje se produce o es recibido.
Corea critica la teoría de la manipulación basándose en la siguiente premisa: “los medios pueden manipular la conciencia del individuo; pueden manipular la realidad. Dicho de otro modo los medios mienten”. Que los medios puedan manipular la conciencia del individuo no significa que los medios mientan. Lo que sucede es que los medios, como expresé anteriormente, representan en su mayoría a los grupos de poder, y poseen un discurso que no se condice con los intereses del ciudadano de clase media o baja. Discurso totalmente válido, verdadero y representativo de una pequeña parte de la población. Este discurso es el que influencia al ciudadano de clase media o baja sin pensamiento crítico, que se hace eco del mismo y lo difunde como realidad propia debido a la subjetividad construida por dicho discurso.
Esta forma de manipulación, no se basa ni en el Estado-Nación, ni en la mentira, sino en un discurso hegemónico con el que pareciera querer romper la nueva ley de servicios de comunicación audiovisual, al impedir la formación de monopolios y oligopolios.
Creo que es importantísima la aplicación de esta nueva ley, no para que se escuchen más voces, sino distintas voces. Los multimedios han acaparado un espectro tan amplio de canales, que es imposible que el individuo escape a su influencia. Por supuesto que me parece que la solución definitiva se encuentra en la educación para promover el pensamiento crítico, pero entiendo que cuando los medios generan una opinión pública tan fuerte y crítica contra los cambios, los mismos se hacen prácticamente imposibles.
Es un punto de partida. Y si ellos se sienten amenazados, podemos estar seguros que vamos en el camino correcto.